Los preparativos del Viaje…

Apenas si podía escuchar el timbre de su voz, sonaba triste y apagada, me susurraba al oído “¿Qué será de mis hijos? Ya están grandes… Apenas si podía escuchar el timbre de su voz, sonaba triste y...

9 de septiembre, 2015
viaje

Apenas si podía escuchar el timbre de su voz, sonaba triste y apagada, me susurraba al oído “¿Qué será de mis hijos? Ya están grandes…

Apenas si podía escuchar el timbre de su voz, sonaba triste y apagada, me susurraba al oído “¿Qué será de mis hijos? Ya están grandes y pelean mucho entre sí… Rara vez me visitan. Bueno, desde que enfermé vienen seguido. Mejor me atiende mi nuera, ella está aquí la mayor parte del tiempo… ¡Voy a morir pronto!”.

Tere se sofocaba al hablar, le costaba trabajo, el oxígeno era insuficiente, hacia muchas pausas mientras me explicaba su temor a morir sin que sus hijos hicieran las paces, se habían peleado y ahora estaban muy distanciados el uno del otro.

Cuando llegué a la casa, una enfermera me abrió la puerta. Esperé sentada en la sala. Bárbara, su nuera, me atendió y puso al tanto de la gravedad de la situación: su suegra tenía cáncer en etapa terminal. Bárbara temía que Tere falleciera pronto porque ya la veía muy cansada. Me informó sobre su esposo y cuñado, Alberto y Ángel, la visitaban diario a diferente hora para no coincidir.

A Bárbara le parecía mal lo que estaba pasando con los hijos de Tere, ella prefería no intervenir. Los hermanos tenían un año sin dirigirse la palabra, era urgente hacerlos reaccionar… “Su mamá está a punto de marcharse, se pueden arrepentir de no haberle dado el gusto de verlos unidos” –Me dijo apesadumbrada.

Después de varias visitas Tere se mantenía firme y con pensamiento claro, los medicamentos estaban funcionando mejor que los anteriores, me informó ella… Ahora me platicaba sobre sus experiencias de juventud, siempre le gustó escribir…

Los cuidados paliativos son de suma importancia en enfermos terminales, su función es permitirle al paciente vivir lo mejor posible sus últimos días. El médico a cargo es el responsable de supervisar los fármacos suministrados al paciente de acuerdo a sus particulares requerimientos.

Era un día bueno para ella, se veía fresca y lucía bien. Entonces le pregunté: “Tere, me dijo usted que no había hecho su testamento ¿Lo recuerda?”… “¡Si, sí, claro! No se puede una morir en paz… ¿Verdad? Está bien, hoy vendrá el notario… Jajajaja, a ver que dicen mi hijos cuando lo lean” –Me comentó.

Definitivamente, Tere había amanecido hoy de muy buen humor, sólo su delgadez y el tono de su piel hacían patente la realidad de su situación. Ella tenía 80 años y, en estos días, parecía haber recobrado el ánimo y organizaba un libro con poemas que escribió a lo largo de su vida, tenía la esperanza de alcanzar a publicarlo.

Dentro de la tanatología hay quienes postulan que las personas antes de morir  tienen un periodo de mejora, se le llama el efecto de la flama o vela, durante el cual el paciente suele aprovechar para despedirse y cerrar asuntos pendientes.

“Cómo va su libro”, le pregunté. “Muy bien”, contestó. “Primero déjeme platicarle del TESTAMENTO. Ya sabe, no lo quería hacer por temor a morir. El chiste es que ya está, al rato lo firmaré, espero que mis hijos dejen de pelear y por fin se lleven como hermanos”… Todavía platicamos unos minutos y se quedó dormida.

El testamento es un instrumento legal, en extremo útil para salvaguardar la voluntad de una persona sobre la distribución de sus bienes cuando ésta muere. Es parte de la labor tanatológica orientar al paciente para ordenar sus asuntos personales y profesionales, con el objetivo de que el enfermo tenga una partida armoniosa y evitarle a la familia problemas posteriores.

Al salir vi a los hijos de Tere, pensé, “Ojalá que la plática con ellos haya dejado una semilla de amor y comprensión”… Uno de ellos me alcanzó en la puerta para preguntarme cuándo nos volveríamos a ver y pactamos una cita. “Que bien, me dije”.

Días después murió Tere… Lo primero que vi al entrar al recinto donde se velaban sus restos fue a sus hijos. Ellos se veían tranquilos, uno abrazaba al otro, quien disfrutaba la cercanía… Pensé en ella y le dije: “TERE, MISIÓN CUMPLIDA, logró que sus hijos se relacionen amorosamente, con seguridad usted ya lo sabía y ahora disfruta de la paz deseada”.

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Septiembre del testamento: http://www.testamentos.gob.mx/

Foto: http://www.tapeta-blask-pomost-niebo-slonce.na-pulpit.com/pokaz_obrazek.php?adres=blask-pomost-niebo-slonce&rozdzielczosc=2048×1536

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