Un México donde nada sea imposible

El hombre con su palabra disfraza sus pensamientos y con la mirada disfraza sus palabras… No confíes en nada y sobre todo en nadie. Después...

25 de noviembre, 2019

Enrique Fernández

El hombre con su palabra disfraza sus pensamientos y con la mirada disfraza sus palabras…

No confíes en nada y sobre todo en nadie.

Después de los acontecimientos recientes queda claro que la 4T busca adueñarse de todo aquello que le sea útil por las buenas o por las malas.

La descarada y anticonstitucional elección de la presidencia de los derechos humanos, la inequitativa distribución del presupuesto que privilegia los programas sociales que buscan crear un falso efecto de bienestar en quienes lo reciben y en la economía que a final de cuentas es exactamente igual a las que hacía el PRI, una prueba de ello es que la Secretaría del Bienestar se lleva una enorme tajada, la más grande, para utilizarse como un instrumento electoral disfrazado de ayuda directa y por otro lado aquellos organismos e instituciones no gubernamentales y que podían servir como contrapeso a voracidad de poder y dinero de la 4T sufren recortes abismales.

El poder mexicano arropa y presume a Evo Morales, un personaje que en su país violó la ley y que de acuerdo a una serie de audios filtrados sostiene una conversación supuestamente con algún capo de la coca e incita a la violencia, a poner en sitio algunas ciudades bolivianas para que exista hambre y el pueblo los pobladores hambrientos clamen, griten por su regreso.

Evo si importa, tener el control total, debilitar a los que no están de acuerdo, mientras cada día aumentan los problemas por todos lados, los mexicanos estamos inmersos en el día a día, buscando medicinas o guarderías, tratando de tener el dinero mínimo para el mandado, para la escuela de los hijos, para pagar la gasolina, la luz, la comida, etc. No tenemos tiempo, ni ánimos de involucrarnos en las decisiones que nuestro gobierno lleva a cabo y entonces la ecuación se vuelve simple:

A más problemas menos tiempo para informar, pensar y analizar.

Entonces genera más problemas, inventa más distractores, crea más caos y a río revuelto, ganancia de pescadores.

Todo esto trae una división impresionante en la sociedad e invariablemente en cualquier reunión de dos o más personas, nace de inmediato la discusión sobre las acciones de la 4T a favor o en contra, blanco o negro, fifí o chairo.

Hemos olvidado que lo mejor de la vida está en los grises, no se puede ser radical, pues en los extremos, invariablemente lo blanco y lo negro se junta, se disuelve, se confunden, por ello lo peor del fascismo es igual a lo peor del comunismo, Hitler y Stalin a final de cuentas eran exactamente la misma clase de dictadores con distinto nombre. Las sociedades más exitosas son aquellas que logran vivir en las tonalidades grises.

El presidente insiste en ir de lo blanco a lo negro, de la pureza a la ignominia, en la que invariablemente él tiene una estatura superior, su estatus de moralidad impenetrable, señalando a los críticos y a la historia que por cierto hasta Cortés ya salió embarrado, de la culpa de lo que a él le sale mal o no atina a comunicar bien sin entender que los verdaderos enemigos de México son: La violencia y el narco, a la que no enfrenta. La desigualdad, que cada día crece más. El odio que cobra más adeptos.

Eso es lo que se debe atacar, luchar porque aumente el número de personas con dinero y oportunidades, no querer bajar a quienes tienen poco a que sean igual a quienes no tienen nada.

En usted señor presidente está el presente y el futuro de millones de almas, ojalá reaccione y entienda que lo peor puede ser evitado.

Aún es posible un México donde nada sea imposible.

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