Sada y Jacobson: aliados de una política exterior común

Recientemente, Carlos Sada fue ratificado por el Senado mexicano como el nuevo Embajador mexicano en Estados Unidos; al par de días, lo mismo ocurrió con… Recientemente, Carlos Sada fue ratificado por el Senado mexicano como el nuevo...

2 de mayo, 2016

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Recientemente, Carlos Sada fue ratificado por el Senado mexicano como el nuevo Embajador mexicano en Estados Unidos; al par de días, lo mismo ocurrió con…

Recientemente, Carlos Sada fue ratificado por el Senado mexicano como el nuevo Embajador mexicano en Estados Unidos; al par de días, lo mismo ocurrió con Roberta Jacobson en el Senado estadunidense al ser ratificada como Embajadora estadunidense en México.

La ausencia de embajador estadunidense en nuestro país era una cuestión que a muchos preocupaba. ¿Cómo no ha llegado el emisario del país con el que tenemos mayor relación bilateral? ¿A caso a Estados Unidos no le importa su relación con México? La respuesta es sencilla, México es una altísima prioridad para Estados Unidos; siempre lo ha sido. Sin embargo, desde hace ya casi un año, la ratificación de Jacobson había estado detenida por una sola persona: el Senador Marco Rubio.

Recordemos que la Embajadora Jacobson fue una de las piezas fundamentales en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, país de origen del Senador Rubio. Recordemos también que el Senador Rubio fue precandidato a la presidencia hasta hace un par de semanas, en donde tuvo que abandonar la carrera por la nominación.

¿Pero tiene que ver algo el rol de la Embajadora Jacobson en el restablecimiento de las relaciones con Cuba? La respuesta no es un tajante sí o no. En parte tiene que ver. Y digo en parte, porque fue simplemente una estrategia utilizada por Rubio para poder ganar poder de negociación frente a la Casa Blanca en un tema prioritario para él, extender el término de las sanciones económicas hacia altos funcionarios de Venezuela y su gobierno.

Es decir, la excusa del Senador Rubio para bloquear la designación de la Embajadora Jacobson fue manejada con base al rol de esta en las negociaciones con Cuba. Sin embargo, su fin último era realmente tener un mecanismo de presión frente a la Casa Blanca para poder alcanzar su agenda en relación a Venezuela.

Afortunadamente, la Casa Blanca cedió en extender el periodo de sanciones por 3 años más, y Rubio hizo lo propio con la Embajadora Jacobson.

Ahora bien, al sexenio del Presidente Peña aún le quedan más de 2 años. A la administración de Obama, le quedan menos de 9 meses. ¿Sirve de algo que a México hayan enviado a una embajadora con una administración que está a punto de terminar? Sí, sí sirve. Actualmente la mayor crisis a la que se enfrentan ambos gobiernos es la creada por el precandidato Donald Trump: el odio a los migrantes y en particular a los mexicanos (el grupo mayoritario dentro de la primera minoría que son los latinos).

¿Ganará Trump como presidente en las próximas elecciones de noviembre? Hasta ahora, lo más probable es que no, pero eso no importa tanto. Lo que importa es la semilla de odio que ya ha plantado en un gran sector de la población estadounidense. Así que no dudo que con la llegada del Embajador Sada a Washington y la de Jacobson a México, se diseñe una agenda común para poder contrarrestar ese efecto al menos de aquí a que sepamos quién será el presidente 45 de los Estados Unidos.

En caso de que Hillary Clinton gane la elección, estoy segura que decidirá mantener a la Embajadora Jacobson en el puesto, por el dominio de los temas bilaterales de la última, así como haber sido su subordinada en el Departamento de Estado cuando la primera fue Secretaria. De ser este el caso, esos 9 meses se extenderán al menos hasta que concluya la administración del Presidente Peña.

Creo que tanto el Embajador Sada como la Embajadora Jacobson, tienen las credenciales necesarias para contrarrestar esta amenaza que ha dejado Trump, y llegan en el mejor momento a sus puestos.

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