Los símbolos del odio (1)

Ante la ola de violencia ocurrida en Charlottesville, Virginia, a raíz de la remoción de monumentos dedicados a los héroes confederados… Ante la ola de violencia ocurrida en Charlottesville, Virginia, a raíz de la remoción de monumentos dedicados...

25 de agosto, 2017

RHT

Ante la ola de violencia ocurrida en Charlottesville, Virginia, a raíz de la remoción de monumentos dedicados a los héroes confederados…

Ante la ola de violencia ocurrida en Charlottesville, Virginia, a raíz de la remoción de monumentos dedicados a los héroes confederados de la Guerra Civil de Estados Unidos, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha decidido abrir un periodo de 90 días para valorar y decidir la remoción de los monumentos y símbolos del odio que pueblan copiosamente la isla de Manhattan.

Estados Unidos ha estado en guerra permanentemente desde su nacimiento, y ha intervenido militarmente en América Latina más de 217 veces, desde 1831 en Argentina.

En su autoasignado papel de “líder del mundo libre”, mantiene más de 900 bases militares por todo el mundo; 42 de ellas en Alemania, donde 10 de sus instalaciones tienen armas nucleares sobre cuyo uso, los alemanes no tienen derecho a decir ni media palabra.

Desde que echaron al agua a Colin Powell para invadir Irak por tener armas de destrucción “más IVA”, se han ido “por la libre” sin siquiera preocuparse de revestirse con el velo de “legitimidad” del Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas resoluciones pasaron a mejor vida e ingresaron al reino de “me vale sorbete” en cuanto a Estados Unidos se refiere.

Si los gringos quitan o ponen monumentos en su territorio (y soy enfático: en SU territorio), por mí, pueden hacerle monumentos a Trump, Clinton, Obama, Elvis Presley, Sirham Bihara Sirham, Charles Manson o Mickey Mouse.

Lo que sería de agradecer, es que en vez de remover monumentos, removieran sus armamentos regados por todo el planeta; que dejaran de liberar y democratizar países como Libia, Irak y Afganistán que indudablemente estaban menos mal antes de ser “liberados” por Estados Unidos.

No les vendría mal que, si no quieren darle a Trump cuatro muros acolchonados en vez del muro con el que sueña, le pongan un bozal para que no incite precisamente el odio racista que ha venido detonando desde su campaña circense.

En el ya cercanísimo mes de septiembre, se cumplen 170 años de que Estados Unidos invadió a México para robarse California, Nuevo México y Tejas.

En febrero de 2018, se cumplirán 170 años de la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, cuya sede fue la casa de mi abuelo, Don José Domínguez Soberón, ubicada en la calle de Morelos #10 (hoy, Prolongación Misterios) justo frente a la Basílica de la Virgen de Guadalupe.

Si de remover símbolos de odio se quieren ocupar los gringos, yo someto a la consideración de Usted, la remoción de tres emblemas infamantes de los cuales, dos deben ser señalados y removidos en forma inmediata:

MI PRIMERA PROPUESTA.

Que se retire del himno de los Marines la estrofa inicial que dice:

“De los salones de Moctezuma a las playas de Trípoli, peleamos las batallas de nuestro país, en el aire, la tierra y el mar; primero peleamos por la justicia y la libertad, y para mantener nuestro honor limpio; y estamos orgullosos de llamarnos United States Marines”. (1)

La referencia al Palacio Nacional de México, en la primera línea de la primera estrofa del himno de los Marines, es una ofensa grave a México y un símbolo de odio que debemos denunciar y exigir que se retire de inmediato.

MI SEGUNDA PROPUESTA:

Que el alcalde de Nueva York, remueva el monumento a los soldados de Estados Unidos que invadieron México en 1846, para robarnos California, Nuevo México y Tejas.

Que se remueva el monumento al General William J. Worth que participó en la invasión a Mexico en 1846.

Lo anterior, aprovechando que el dichoso alcalde ha decretado un periodo de 90 días para que se proponga la remoción de símbolos de odio y monumentos a la violencia y la injusticia, como ha comenzado a ocurrir con los monumentos a los confederados de la Guerra Civil.

MI TERCERA PROPUESTA:

Que a Donaltrón se le regalen cuatro muros acolchonados, en vez del muro que sigue amenazando con construir a nuestra costa, en territorio que NO LE PERTENECE A ESTADOS UNIDOS.

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El monumento que ilustra estas líneas, es dedicado a William Worth, que invadió México y participó en la batalla de Churubusco.
“From the Halls of Montezuma to the Shores of Tripoli; we fight our country’s battles in the air, on land and sea; first to fight for right and freedom and to keep our honor clean; we are proud to claim the title of United States Marines.”

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