Los niños migrantes y los planes de Trump

Nos guste o no nuevamente volveremos a ser un instrumento de la política interna de Estados Unidos y, nuevamente, para mal. La tormenta llamada Donald...

2 de abril, 2019

Nos guste o no nuevamente volveremos a ser un instrumento de la política interna de Estados Unidos y, nuevamente, para mal. La tormenta llamada Donald Trump comenzó a gestarse desde el 2016 y, cuando se acerca el momento de la reelección, esta parece agarrar más fuerza sobre los mismos temas.

La inmigración y su inseparable muro volverán a ser temas centrales de campaña. Todo es electoral. Pero tampoco hay que perder de vista que hay sufrimiento humano de por medio, sobretodo de los niños, y que al final el problema será de nuestro país.

La puesta en marcha de la construcción del muro, las amenazas con cerrar la frontera con nuestro país, y la decisión de cortar la ayuda exterior a Guatemala, Honduras y El Salvador, como represalia por lo que el mandatario considera falta de interés por controlar la salida de migrantes, está lejos de formar parte de la solución, y será parte del problema que deberemos enfrentar tierras aztecas. Por lo que se puede decir que tanto para Centroamérica como para México el panorama dista de ser alentador.

México se convertirá en el amortiguador del éxodo de pobreza y violencia que no dejarán de existir, a menos que se tome una decisión integral, principalmente en el tema de las drogas que es el que, al igual que en nuestro país, genera la mayor parte de la violencia que, a su vez, contribuye a la pobreza y de la cual se deriva el sufrimiento humano de aquellos que se ven obligados a dejar sus países.

En la última caravana se calculó que la tercera parte de las cerca de cinco mil personas que la integraban eran menores de edad. Estamos hablando de más de mil que, durante el trayecto, son sometidos a mala alimentación, climas extremos y a veces incluso son separados de sus padres. Ya sea por extravío durante la caminata o por políticas migratorias del país receptor.

De acuerdo con el programa de la Organización de Naciones Unida (ONU), unos dos mil 300 niños migrantes ingresaron a México entre el 19 y 22 de octubre de 2018. Algunos necesitando protección en la caravana y en otros en los albergues donde permanecen tras separarse de la misma.

Mientras que el año pasado bajo la política de “cero tolerancia” de la administración Trump cerca de 2,700 niños fueron separados de sus padres y puestos en jaulas. De los cuales más de 400 aún permanecen en riesgo de no volver a ver a sus padres porque estos fueron deportados a sus países de origen y no hay cómo contactarlos.

El año en curso trae grandes cambios. Pronto habrá un muro y el problema se quedará, probablemente, de este lado. Mientras tanto, no hay que olvidar el lado humanitario de una crisis que no parará en el futuro cercano, que será parte de la estrategia electoral del país más poderoso del mundo, y que de la que nuestro país promete ser la sede.

El último en salir apague la luz.

 

Facebook: Stephanie Henaro

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