La Unión Europea: crisis y juego de tronos

Morelia, 3 de junio 2015.- Aparentemente, la memoria histórica de los analistas que gritan de horror ante la “caja de Pandora” abierta por el referendo… Morelia, 3 de junio 2015.- Aparentemente, la memoria histórica de los analistas...

4 de junio, 2015
game_of_thrones

Morelia, 3 de junio 2015.- Aparentemente, la memoria histórica de los analistas que gritan de horror ante la “caja de Pandora” abierta por el referendo…

Morelia, 3 de junio 2015.- Aparentemente, la memoria histórica de los analistas que gritan de horror ante la “caja de Pandora” abierta por el referendo británico sobre su posible salida de la Unión Europea, es corta o inexistente. En la realidad la construcción europea es una lista de enfrentamientos, rupturas y crisis, un poco a la semejanza de las crónicas de los Siete Reinos de Westeros. De cada una de ellas, de este continuo juego de tronos, ha surgido una negociación, seguida de un consenso y, por regla, de una extensión de las competencias comunitarias y del fortalecimiento de las instituciones comunitarias.

Si la Gran Bretaña y Grecia protagonizan, hoy, el miedo al eje hegemónico Berlín-París (este último visto como una alianza bajo el modelo Cersei Lannister y Robert Baratheon), en su tiempo este miedo fue asumido por Holanda y Bélgica. Si hoy Cameron (una débil imagen de Stannis Baratheon) presenta una lista de modificaciones a los Tratados vigentes para mantener el Reino Unido en la Unión, y Tsipras nuevas condiciones para el rescate griego, en otro momento, otros países como Francia, Polonia e Irlanda (“Iron Islands”) votaron, los primeros contra el Tratado Constitucional y la tercera contra el Tratado de Lisboa. Más allá del referendo, lo que está en tela de juicio son las insuficiencias democráticas de la UE. Este es el problema a atacar para avanzar para una Unión con mayor fuerza y nuevas áreas de integración.

Es evidente que la relación entre el Reino Unido y la UE, o entre el actual ejecutivo griego y Bruselas, son casos paradigmáticos de las insuficiencias del sistema “democrático” al interior de las instituciones comunitarias. Así, no es de sorprender que desde las elecciones griegas, con el tsunami del Syriza y más aún desde las recientes elecciones en el Reino Unido se hable, cada vez más, de ruptura y crisis. Ruptura de la zona euro (que funciona en el modelo opaco de Braavos) con la posibilidad del “Grexit” (salida de la Grecia) y  con el referendo británico sobre el “Brexit” (salida de los británicos), consagrado en el programa político del nuevo ejecutivo de Cameron y elemento central del discurso de la Reina ante el Parlamento. Pero también son un síntoma de un “juego de Tronos” interno, cuyo desenlace estamos por ver.

Así, me permito observar, que si bien los términos de “Grexit” y de “Brexit” hacen unos titulares espectaculares y que parecen tener el mismo tipo de ventajas tanto para la Grecia como para el Reino Unido, en la realidad son dos procesos diversos, con alcances diferentes.

Si bien podríamos argumentar que económicamente el “Grexit” hace sentido para Grecia (equivalente en nuestra metáfora del “Juego de Tronos”, al territorio de Pentos, con los habitantes esclavizados, bajo las cláusulas del rescate impuesto por la Troika), políticamente tanto el “Grexit” como el “Brexit” serían un desastre para Grecia y el Reino Unido. En el caso de este último reducirían su influencia internacional a un nivel cercano al peso-pluma en el boxeo). Además, para el Reino Unido, pertenecer a Europa es rentable, según los resultados de los informes internos elaborados sobre el “equilibrio de competencias” en el mercado único, la política fiscal, la política exterior y de defensa, la seguridad alimentaria y el bienestar animal, la sanidad y el desarrollo. En general, los informes enfatizan lo difícil y costoso que sería para Gran Bretaña despojarse de lo que le aporta la interdependencia.

Sin embargo, también aportan bastantes ejemplos en los que la UE necesita aplicar reformas o en los que deberían aplicarse las normas nacionales en lugar de las europeas.

Es bien verdad que (y esta característica fue más visible desde la crisis del euro) Europa muestra claramente las insuficiencias de un sistema democrático apoyado fundamentalmente sobre arreglos jurídicos-institucionales, que suele ignorar otros aspectos sociales y estructurales más profundos. Entre otros, la ausencia de un intenso y compartido sentimiento de identidad que facilite el desarrollo de la solidaridad entre Estados o una autentica esfera pública paneuropea. Las carencias derivadas de la falta de medios de comunicación no mediados por el filtro nacional, o el escaso rendimiento representativo de los partidos y asociaciones en el ámbito europeo constituyen también obstáculos evidentes. La expresión clave para reflejar esta situación es la de “déficit democrático”. Y, este “déficit democrático, ha alejado a los ciudadanos comunitarios de Bruselas y ayudado a renacer el sentimiento y los partidos euroescépticos, en la falta de líderes nacionales fuertes e innovadores del tipo Daenerys Targaryen (si bien la primera ministra de Dinamarca tiene el físico, no posee ni el carisma, ni la fuerza de Daenerys).

De frente a esta situación, los euroidealistas, como yo (el equivalente comunitario de los “Night Watchers” liderados por Jon Snow) tenemos una respuesta lógica para resolver este problema: más democracia. Por eso, si bien me repugna la liviandad con que los “tories” de Cameron usan la amenaza de desmembramiento de la UE para chantajear a los otros 27 países, también, en su opuesto, celebro que se hagan referendos nacionales, que se usen las herramientas comunitarias de participación directa (por ejemplo el GovFaces, una plataforma con la dinámica y estructura de RED Social para comunicación directa entre los ciudadanos y sus representantes ) y se organicen consultas ciudadanas a la escala de la UE.

Frente a la actual situación de crisis, tipo “winter is coming” introducida por la posibilidad del “Brexit” caben dos opciones: o bien proseguir en la democratización de las instituciones europeas, de forma que las que son representativas de la Unión cobren más fuerza que las que representan intereses nacionales; o bien concentrar los esfuerzos sobre el Estado-nación europeizando su misma política interna.

Esta última propuesta asume como hecho evidente la imposibilidad de trasladar hoy los presupuestos de la democracia nacional al ámbito europeo, y aboga por la necesidad de introducir más profundamente las cuestiones europeas en la política interna de cada país miembro. Ello conduciría a una mayor participación de los ciudadanos en los temas que luego serán objeto de negociación en el ámbito superior. Pero también permitiría incorporar a la discusión pública la realidad de la interdependencia internacional y las posibilidades de la solución negociada cooperativa.

El objetivo aquí es incorporar a los otros; no se trata ya de que las élites políticas (el equivalente a las grandes familias dinásticas de los Siete Reinos) recojan una determinada voluntad popular y traten de imponerla después en el proceso negociador, sino de que esa voluntad nacional se conforme ya desde la anticipación de los intereses de los otros. A este propósito, habría que recordar que a pesar de las continuas rupturas, crisIs, negociaciones y renegociaciones, la UE es (ha sido) un club atractivo al cual es necesario pedir admisión. A diferencia de otras formas de organización política, la pertenencia a la Comunidad Europea y, ahora a la Unión, es y siempre ha sido voluntaria, pero una prueba del interés que recaba la Unión son las sucesivas ampliaciones: Reino Unido, Irlanda y Dinamarca en 1973; Grecia en 1981; España y Portugal (La Península Ibérica es sin duda, Dorne) en 1986; Austria, Finlandia y Suecia en 1995 y continuando. En resumen, de la Europa de los seis se ha pasado a la Europa de los doce, después de los quince y ahora de los veinte y ocho.

Sin embargo, una Europa a 28 es una Europa a diversas velocidades. Este es otro de los factores que aleja al ciudadano comunitario de la participación política en los ejercicios democráticos europeos. Dos síntomas de este alejamiento: la abstención altísima en las elecciones y la caída de la confianza de los ciudadanos en la UE.   

Aunque un sondeo reciente de Pew muestra un ligero incremento de las opiniones favorables sobre la UE, también revela que dos tercios de sus ciudadanos creen que no se tienen en cuenta sus voces y que la UE no comprende sus necesidades. Y, sin embargo, de acuerdo con el Tratado de Lisboa, la nueva legislatura del  Parlamento Europeo, recién electa en mayo del 2014,  tiene más poderes que nunca. Es precisamente, lo que necesitamos de hacer: profundizar la Unión, dando más poder a la Eurocámara, reforzar el espacio europeo de libertad, seguridad y uniformizar los diversos sistemas jurídicos.

 

Referencias que pueden interesar al lector

Alang, Navneet. “On Game of Thrones, The Walking Dead, and the Joys of Brutal Escapism.” Hazlitt 28 Mar. 2013.

Duvall, Tim. “The New Feudalism: Globalization, the Market, and the Great Chain of Consumption.” New Political Science 25.1 (2003): 81-97.Game Of Thrones. Writ.

George R.R. Martin, David Benioff, D.B. Weiss et al. Perf. Lena Headey, Maisie Williams, Emilia Clarke et al. HBO, 2011-.

Stubbs, David. “No Myth: Why Game Of Thrones Is An Allegory For Our Times.” The Quietus 4 Jun. 2013.

Comentarios


Narcisismo y poder

El narcisismo es un trastorno de la personalidad en el cual una persona tiene un excesivo sentido de superioridad, de modo que...

marzo 1, 2024




Más de categoría

Narcisismo y poder

El narcisismo es un trastorno de la personalidad en el cual una persona tiene un excesivo sentido de superioridad,...

marzo 1, 2024
¿Consolidará México su democracia o revertirá al autoritarismo? - Eduardo Ruiz-Healy Times

¿Consolidará México su democracia o revertirá al autoritarismo? - Eduardo Ruiz-Healy Times

Fragmento de la emisión del miércoles 17 de enero del 2024 Sígueme en mis redes sociales: Facebook:   / eruizhealy   Instagram:...

enero 19, 2024
La educación pública nos ayuda a vivir más años

La educación pública nos ayuda a vivir más años

En todos los estudios que han analizado la relación entre la salud, la esperanza de vida y factores socioeconómicos,...

enero 12, 2024

2024: año de la democracia en América; México como protagonista

En 2024 México enfrenta una elección que no solo determinará su futuro inmediato, sino que también podría influir significativamente...

enero 12, 2024