El plan perfecto versus La tormenta perfecta

Calificada quizás por muchos de inaudita la frase del presidente Peña Nieto: “Ningún presidente se levanta pensando… Calificada quizás por muchos de inaudita la frase del presidente Peña Nieto: "Ningún presidente se levanta pensando en cómo joder...

7 de noviembre, 2016

RHT

Calificada quizás por muchos de inaudita la frase del presidente Peña Nieto: “Ningún presidente se levanta pensando…

Calificada quizás por muchos de inaudita la frase del presidente Peña Nieto: "Ningún presidente se levanta pensando en cómo joder a México", simplemente es un reflejo de como la opinión pública ha tomado los errores en las decisiones que el ejecutivo ha tenido desde su primer día.

Entre estos posibles fallos, el de más peso sobre sus hombros es la deuda adquirida por el ejecutivo, la cual según la Secretaría de Hacienda en el primer semestre (del 2016) llegó a 7.5 billones de pesos, cerca de 42.2 % del Producto Interno Bruto, aunque las proyecciones más pesimistas dicen podría llegar a 51.9 % del PIB de México. Algo que ha disparado alarmas y augura ser una de las mayores deudas del siglo.

A simple vista una decisión de endeudar al Estado, pareciera indicar que el presidente piensa todo lo contrario a lo que expresó y no es diferente a Duarte o Moreira. Pero en la realidad es improbable despertara y dijera: "Soy un sinvergüenza y voy a endeudar a México solo porque si", quizás hay una razón lógica detrás.

Tras la derrota del PRI en las elecciones presidenciales del 2000, su estrepitosa caída en la elección del 2006 y ser fuerte oposición al descompuesto gobierno de Calderón, lograr el triunfo Peña Nieto en 2012 sería la "oportunidad" de demostrar que el PRI es quien sabe cómo desarrollar a México, con un plan tan "perfecto" que no podía fallar.

Un año antes de ganar EPN como presidente, se alcanzó un máximo del precio de la mezcla mexicana de petróleo con 101 dólares por barril, lo cual tal vez era el inicio de la mítica espiral alcista petrolera; a la vez estos altos precios habían convertido al gas "shale" en un rentable y barato combustible por encima del petróleo más difícil de procesar, bajando en EUA el precio de la energía eléctrica. Lo único que separaba a México de esa bonanza para un rápido desarrollo: una reforma energética, la cual por tabús patrióticos estuvo detenida evitando flujos de inversiones privadas.

Así, los tocayos Videgaray y Peña delinearon su plan perfecto en torno de lograr a como diera lugar tal reforma de energía; ya con ella en la bolsa se irían uniendo reformas como la educativa, financiera, hacendaria, telecomunicaciones, entre otras.

Lograda la reforma, cientos de inversionistas del mundo vendrían y las subastas para conseguir las concesiones en petróleo y gas estarían a reventar con empresas extranjeras importantes, peleando por los bloques de extracción de petróleo ofreciendo las mejores ofertas.

La oferta de energéticos sería tal que el precio de los combustibles y la energía eléctrica disminuiría, atrayendo empresas de manufactura al país.

De la misma forma habría tanta liquidez de dinero, que proyectos de infraestructura antes imposibles podrían realizarse, como:

El acueducto desde el río Pánuco hasta Monterrey, una obra de casi 400 kilómetros de largo que depositaría agua del Pánuco (San Luis-Veracruz) en la presa Cerro Prieto (Nuevo León).
Tren de Alta Velocidad de la Cd. de México a Querétaro, con una velocidad de 250 km/hora movería 23,000 pasajeros diarios entre las dos ciudades en poco más de una hora.
Siete líneas de gasoductos: entre Chihuahua-Sonora-Sinaloa, entre Chihuahua-Durango, entre Nuevo León y Querétaro y entre Chihuahua-Texas. Aunque el más complejo es la primera línea, atravesando la sierra madre occidental y con 1,780 km entre Sonora y Sinaloa.
Aeropuerto de la Cd. de México, para al fin resolver la congestión aérea del actual aeropuerto.

Se rumoreó localmente que la inaugurada autopista Mazatlán-Durango era parte de un plan para aprovechar el futuro gasoducto noroeste, de forma que a Mazatlán llegaría mercancía importada de China, la cual sería re-exportada a EUA por segundas empresas llevándola hasta Texas por tal autovía, ya que directamente China no puede exportar varios productos a EUA. Pero hasta hoy es solo un rumor.

El plan parecía iba perfecto con la aprobación de la reforma energética en diciembre de 2013, con US$98.40 por barril de mezcla mexicana. En este punto de optimismo, estirar la deuda para iniciar proyectos de infraestructura en base a una bonanza petrolera futura, no debió parecer una idea imprudente según un plan maestro tan perfecto ¿qué podía salir mal?

Lo que no sabía el presidente es que se estaban uniendo los elementos para formar una tormenta perfecta en su contra.

Del otro lado del mundo los países árabes petroleros de la OPEP decidieron aumentar su producción de hidrocarburo, motivados por la fuerte competencia del gas por "fracking" en EUA; sumando los efectos de la Primavera Árabe y la desaceleración económica de China, resultó en una caída del precio hasta los US$24 por barril en enero de 2016.

Aunque durante el 2015 se obtuvieron ganancias de 399,000 millones de pesos en la ronda 1, lo que se imaginó como un evento competido extraordinario, resultó en una ronda de subastas nada extraordinaria con empresas poco conocidas, algo muy lejos de lo necesario para aumentar la oferta de energéticos y disminuir sus precios, acelerando el crecimiento económico.

La tormenta creció alimentándose de la apreciación del dólar americano a causa de la crisis financiera de países de la Unión Europea, la devaluación provocada del Yuan chino y posteriormente el Brexit. Al ser una apreciación ante todas las monedas, ni siquiera ventaja competitiva daba a las exportaciones mexicanas.

Si no fuera poco, la elección presidencial en EUA a causa de la ira del candidato Donald Trump hacia México y posible victoria de éste, crea una inestabilidad en los especuladores que fortalece aún más la tormenta, y de nada sirvió el error de invitar a Los Pinos a Trump.

Con una tormenta así de perfecta, como barco en altamar, ningún plan perfecto soportaría el embate de un fenómeno así. De los proyectos soñados solo sobrevivió el aeropuerto de la Cd. de México y parte de los gasoductos, a un plazo y ritmo menor de lo deseado.

Lo único que dejó la tormenta fue una deuda billonaria, que con una recaudación fiscal que sigue siendo de las más ineficientes del mundo, parece pura imprudencia de la presidencia endeudarse basada en solo la fe en un plan perfecto. ¿Qué razones hubo para creer ciegamente en la fortuna, sin ningún plan B o C por si algo fallaba? Es algo que no sabemos, pero la falta de una profunda planeación y asesoría previa a cada decisión está detrás de las explosiones en la cara del presidente que han sido: el conflicto en Michoacán, Ayotozinapa, los conflictos con la CNTE, Nochixtlán, Tanhuato y el Narco.

Al final este plan ya murió, y el que alguna vez fue el sueño con el que despertaba Peña Nieto, ahora es la pesadilla con la que siempre despierta y que aparenta fueron solo ganas de joder.

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Referencias

http://www.forbes.com.mx/deuda-publica-9-del-pib-fmi/

http://www.forbes.com.mx/8-lecciones-para-la-segunda-licitacion-de-la-ronda-1/

http://www.cefp.gob.mx/publicaciones/nota/2016/marzo/notacefp0082016.pdf

http://www.forbes.com.mx/reforma-energetica-un-elemento-de-cambio-en-mexico/

http://portalweb.sgm.gob.mx/economia/es/energeticos.html

http://razon.com.mx/spip.php?article227853

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