El Meollo del Asunto: La moral

El presidente de la República tiene razón. En cuanto al caso de violencia registrado hace unos días en Torreón, no es sólo revisar la mochila...

14 de enero, 2020

El presidente de la República tiene razón. En cuanto al caso de violencia registrado hace unos días en Torreón, no es sólo revisar la mochila.

“No basta con aplicar operativos como ‘Mochila Segura’ sino que es necesario atender de fondo las causas de la violencia e impulsar valores”. Así se expresó “nuestro querido presidente”.

Tampoco está en seguir su recomendación de leer: “Una sociedad mejor”, de John Kenneth Galbraith.

Ya que, desde su punto de vista, es necesario ir a las causas de la violencia para combatirla. Aunque el libro, sí ayudaría a quienes lo lean. ¿Cuánto? Eso es incierto.

Los comentarios de nuestro “querido” presidente los vierte a raíz del hecho delictivo y a todas luces reprobable sucedido en Torreón. Donde un adolescente entró decidido a matar. Asesinó a un par de personas, una maestra e hirió a otras más.

Los comentarios son reactivos. Como siempre. En el caso del Ejecutivo Federal, insistentes. Lo ha venido diciendo desde hace muchos años. Se requiere en las escuelas de un sistema que dé lugar a la moral, como herramienta formadora del ser humano. No sólo la perspectiva de género. Esa sí, de inmediato la permiten y la promueven.

La que ha servido de muy poco para modelar conductas que a todas luces requiere de desarrollar el carácter en la persona. Pero no, la moral, como ciencia, no es prioridad del sistema educativo mexicano. Como sí lo es la ideología llamada: “Perspectiva de Género”. Que de ciencia tiene lo que yo de astronauta. ¡Nada!

¿Cuántos millones de pesos se han gastado en implementarla? ¿Cuántas horas de investigación inútil se le ha dedicado?

Muchas. ¿Se debería de haber hecho? Sí. Pero sin descuidar lo otro. La ciencia de la moral. Realmente no tenemos resultados positivos en uno y otro rubro.

Los problemas que pretende subsanar con tal ideología no se han resuelto. Vaya, ni siquiera se nota que haya una mejoría en la conducta de las personas. Tanto en las mujeres, como en los hombres.

Los problemas que se podrían erradicar con la enseñanza de la moral no han sido resueltos, porque no se le ha dado la oportunidad de entrar a las escuelas como debe de ser. En la forma de lo que es. Una ciencia. No una religión.

Consideren lo siguiente: los problemas que se tratan de corregir por medio de la ideología de género son todos problemas morales. Es decir, tienen su base o asentamiento en marcos de referencia que las mismas personas que promueven la ideología de género han provocado.

Qué incongruencia y qué gran paradoja. ¿Por qué? Porque al promover el desuso de los principios morales y el señalamiento negativo de la moral para justificar su ideología, se permitió que cada persona dejara de tener algún tipo de límite o que aligerara de tal manera su vida que, por la obtención de más placer, aventuras, “libertad”, gustos y preferencias, se cayera en los excesos.

Y estos, los excesos, sobre todo de libertad, provocan los efectos que tenemos enfrente. Infanticidio, violencia contra la mujer y contra los hombres. Divorcios. Suicidios, asesinato y cosas similares.

El presidente de la República ha planteado el uso de la moral, como herramienta para retomar el rumbo que se ha perdido. No está errado. Sólo que no tienen los mensajeros adecuados para llevar adelante la tarea. Tampoco tienen el método.

Y no termina de ponerse de acuerdo con los jacobinos sobre el mensaje. Lo que le impide que se lleve a cabo una “Cruzada Por La Moral y Los Principios”, como debe de ser. Usando la moral como herramienta principal y como la ciencia que es absoluta. Como un elemento de primer grado, desde las escuelas, todas.

La moral es capaz de crear una acción coactiva en el individuo desde su centro neurálgico y emocional, que lo transforma. Lo que no logrará la ley alguna. Porque no está dentro de sus propiedades.

Thomas Jefferson, que fue el principal autor de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de 1776 y su tercer presidente, le escribió a J. Fishback lo siguiente referente a la moral.

“La práctica de la moral es necesaria para el bienestar de la sociedad, [nuestro Creador] se ha preocupado de imprimir sus preceptos de manera tan indeleble en nuestros corazones que no se verán borrados por las sutilezas de nuestro cerebro”. –

Concluyo que los hombres norteamericanos o mexicanos, los que forjaron tanto naciones como las civilizaciones de antes sabían bien que se requiere de moral para engrandecer a una nación con las acciones de la gente que la conforma.

Que las leyes también se requieren, pero que están limitadas para sujetar las pasiones que todos tenemos.

¿Será por eso que nuestro “querido presidente” habla tanto y con razón de retomar la moral? Ahí El Meollo del Asunto.

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