Cenizas

Dijo Nezahualcóyotl en su poema “Los cantos son nuestro atavío”: Dijo Nezahualcóyotl en su poema “Los cantos son nuestro atavío”: “No lloremos en vano a los guerrero y a los príncipes que desaparecieron. Aunque fuéramos cosa aún...

15 de octubre, 2015

Octavio de Jesús Rebollar

Dijo Nezahualcóyotl en su poema “Los cantos son nuestro atavío”:

“No lloremos en vano a los guerrero y a los príncipes que desaparecieron. Aunque fuéramos cosa aún más preciada, pronto iremos con ellos al lugar de los sin cuerpo, hasta que no quede en el libro figura alguna.

¿Qué habrá entonces después de la muerte? ¿Habrá una nueva vida? ¿No habrá allá ni tristeza ni recuerdos? ¿También habrá allá una casa y una vida para nosotros?”

Dijo Jorge Manrique en las coplas a la muerte de su padre:

¿Qué se hizo el Rey Don Juan?
Los infantes de Aragón
¿Qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán?
¿Qué fue de tanta invención
como trujeron?

Dicen las hordas incendiarias manipuladas no pensantes:

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”

¡De verdad que ya basta! Ya cansa que aprovechándose del legítimo dolor de los padres, imbuyan esperanzas por completo infundadas a las que estas almas limpias se aferran.

Estos muchachos están tan muertos como los guerreros y príncipes Acolhuas o el padre de Jorge Manrique y estos oportunistas lo único que buscan es utilizarlos como pretexto para desestabilizar al gobierno, para desviar la culpa de los instigadores, sembradores de odio y violencia, provocadores de conflictos y ejecutores del crimen colectivo, encaminándola hacia el Gobierno Federal, que no es ninguna Hermana de la Caridad pero que no tiene responsabilidad directa en este caso.

Mucho más responsables son los que llevaron al poder municipal a delincuentes que permitieron el florecimiento de las pugnas entre las diferentes bandas; la responsabilidad de los dirigentes de la Escuela Normal que enviaron novatos a robar camiones y usarlos para “colectas” en favor de sus escuelas no se ha definido y menos castigado, la complicidad de las diferentes policías municipales acostumbradas al cohecho y colaboración con grupos delincuenciales.

Se acusa a las fuerzas federales de ser omisos ante la acción delincuencial y ¿qué hay de todos los hoy detenidos, tantas veces presentados ante la justicia y tan fácilmente liberados por abogados corruptos y jueces venales con fianzas ridículas por crímenes mal clasificados o pretextando errores en el debido proceso, cosa que nadie conoce por aquellos lares?

Hay tantos “compañeros de viaje” que colaboran para demostrar falsas tesis que ellos mismos inventan. Existen testimonios y confesiones de los asesinatos, torturas e incineraciones, por ningún lado se ve un testimonio que diga que sólo con leña y llantas se quemaron los cadáveres. Los encargados eran experimentados en esos menesteres y sabían bien cómo hacerlo, tanto así que de esa manera lo reportaron en mensajes identificados y hay imágenes satelitales que muestran fuertes incendios en esos lugares; pero no faltó el “científico” que calculó la inmensa cantidad de leña y llantas que se requería, cuando las confesiones hablan de combustible, se niegan a hacer pruebas de campo con diésel y el “experto Internacional” valida lo escrito sin darse una vuelta al lugar de los hechos.

Ya párenle, los muchachos cumplieron con creces su misión, exhalaron su aliento en aras de la Patria y merecen un sepulcro de honor, (aunque sólo contenga cenizas) así lo creyeron bien o mal, ya fueron juzgados por una Autoridad Superior; justicia para sus padres, que no se les utilice como emblema con fines espurios.

No es justo que se siga despreciando hasta la última tecnología que se ha descubierto y cooperemos para que la investigación ayude verdaderamente hasta las últimas consecuencias para darle sentido a esas vidas que cayeron, parafraseando a Amado Nervo: como renuevos cuyos aliños un viento ardiente marchitó en flor.

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