Acapulco… ¿En manos de quién está?

Acuérdate de Acapulco de aquella noche María bonita, María del alma; acuérdate que, en la playa, con tus manitas las estrellitas las enjuagabas. Tu cuerpo,...

1 de agosto, 2019

Enrique Rodríguez-Cano Ruiz

Acuérdate de Acapulco
de aquella noche
María bonita, María del alma;
acuérdate que, en la playa,
con tus manitas las estrellitas
las enjuagabas.
Tu cuerpo, del mar juguete nave al garete
venían las olas lo columpiaban
y mientras yo te miraba
lo digo con sentimiento,
mi pensamiento me traicionaba…

Agustín Lara

Acapulco, el otrora puerto mágico del pacífico mexicano parece que es imposible de rescatar. Aparentemente no sabemos en manos de quién está.

Entre las promesas incumplidas de campaña de Andrés Manuel López Obrador, estaba la descentralización de las oficinas públicas del país y, a Acapulco, le tocaba alojar a la Secretaría de Salud en su seno. Claro, la promesa era de campaña —buena o mala— pero difícil de formalizar.

El puerto no se ha rescatado pues el gobierno —sobre todo el municipal— hace lo mismo de siempre y por tanto sólo recoge lo mismo: nada nuevo; de hecho, está peor que nunca. ¡Y no parece que haya políticas públicas en su panorama que lo pueda rescatar!

Al parecer, Adela Román Ocampo, la alcaldesa morenista que gobierna el municipio—entre escándalos por las fotos sexuales de la Directora del Catastro— y mil problemas más, heredó un gobierno con una deuda millonaria, pues de enero a diciembre del año pasado, Acapulco solicitó seis créditos bancarios, de igual manera la deuda de Acapulco creció 46% en el primer año de gobierno de Evodio Velázquez Aguirre, al pasar de 452 millones pesos en 2016 a 661 millones pesos en 2017.³ Debido a esto, Adela Román solicitó recursos federales y estatales por 1.500 millones de pesos para poder solventar los gastos debido a fin de año.

Acapulco se distinguió por muchos años —décadas— por su magnífico clima —el Sol maravilloso que brilla más de 330 días al año— y por su vida nocturna. El Sol sigue brillando, pero la vida nocturna es un enfermo terminal. Las disposiciones de la alcaldesa Adela Román Ocampo tienen respirando a esta industria artificialmente y el puerto más visitado del mundo en sus buenos tiempos, muere. Necesita nuevas ideas e inversiones. ¡Un criterio distinto!

Ahora, los “antros” deben cerrar a las 3:00 de la mañana y si el precopeo empieza a la 1:00 de la noche, ¡qué esperan! La consecuencia de la medida tan obtusa es que muchos negocios están a punto de quebrar con la consecuente pérdida de empleos y derrama económica que producen; además del alto costo de las licencias municipales que… ¡no existen! Estos negocios operan con permisos temporales, medida que es una fuente de corrupción. Los gobiernos de izquierda deben estar estructurados para fomentar la prosperidad, ¿o no?

Para rescatar la vida nocturna del puerto, se necesita abrir la mentalidad a criterios del siglo XXI, para que se produzcan empleos bien remunerados: impuestos y derechos. Riqueza. Bienestar.

Y por supuesto, el ineficiente combate al crimen organizado; que sigue haciendo de las suyas y disfrutando por la falta de una estrategia que realmente combata la extorsión, las matazones y la venta indiscriminada de droga que urge regular —autorizar— en todo el país. La Guardia Nacional sigue paseando por la Costera Miguel Alemán de la misma manera que lo hacía el Ejército en tiempos pasados.

¿Qué se puede hacer para lograr el rescate…? Sin seguridad pública nada se puede lograr. Sin inversiones tampoco.

Una sugerencia: Acapulco se presta para crear un centro geriátrico de importancia mundial.

Así pues, me sigo preguntando, Acapulco ¿en manos de quién está?

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