La trampa para bobos del “Chapo” Guzmán

Las expresiones provenientes de los cercanos al “Chapo” Guzmán están a la orden del día.

9 de marzo, 2016

Jaime Guerrero Vázquez

Las expresiones provenientes de los cercanos al “Chapo” Guzmán están a la orden del día. Desde las metidas de pata de Kate del Castillo y Sean Penn ha habido varias más. Poco después que fue capturado, un hijo del criminal, Iván Archibaldo Guzmán (“El Chapito”), amenazó al presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Otro hijo, Alfredo Guzmán, apoyó las amenazas de su hermano, por supuesto, varios medios de comunicación reprodujeron los “importantes” mensajes de los aprendices de capo.

Esta no es, sin embargo, la estrategia central del “Chapo” Guzmán. Ahora busca victimizarse y asegura que es torturado. Concretamente, dice que cada cuatro horas es despertado y no le apagan la luz nunca. Al menos eso señala José Refugio Rodríguez, uno de los abogados del narcotraficante más relevante de la última década.

Esas supuestas torturas han llevado al “Chapo” a solicitar que se apresure la extradición a los Estados Unidos. Por su parte, la actual esposa de Guzmán, Emma Coronel, señaló en una entrevista reciente en Telemundo que a ella no le constaba que su esposo fuera un narcotraficante. Maravilloso mensaje.

Los abogados del capo han mencionado que un hipotético acuerdo con las autoridades norteamericanas pasaría por evitar el confinamiento en una cárcel de máxima seguridad. Igualmente, no ser condenado a pena de muerte o cadena perpetua. Entre líneas, deja entrever que puede dar información importante. El capítulo final de esta historia incluye una hija desautorizada y medios de comunicación que aparentemente no confirmaron su fuente. Es decir, no hicieron bien su trabajo, algo que por lo demás no parece perturbarles mucho.

Hace unos días, Rosa Isela Guzmán Ortiz, hija del “Chapo”, declaró a The Guardian que la fuga del capo había sido parte de un acuerdo y que su recaptura una traición del gobierno mexicano y el “Mayo” Zambada, socio del narco ahora preso. Aseguró que su padre financió varias campañas de importantes políticos. ¿Investigó The Guardian algo de eso? No. Este medio es un viejo enemigo de Peña Nieto. ¿Investigaron algo los medios mexicanos que publicaron la nota de manera escandalosa? Ni uno solo ha escrito algo que lleve a suponer que se está investigando el asunto.

Si las otras declaraciones no tuvieron mella en la clase política, incluso Diego Fernández de Cevallos dijo que el “Chapo” no debía ser chillón, la de Rosa Isela sí la tuvo. Varios legisladores opositores han pedido a la Procuraduría General de la República (PGR) que investigue las declaraciones hechas al diario británico. López Obrador ha asegurado, además, que el criminal de Sinaloa fue quien pagó la campaña de Peña Nieto. Por supuesto, la PGR no tiene nada que investigar, no hay denuncia alguna, tan solo una nota periodística sin mayor información.

Emma Coronel, por su lado, ha asegurado que Rosa Isela no es hija de Guzmán y que nadie en la familia la conoce, por lo que desautorizó sus dichos. En efecto, lo señalado por la supuesta hija es una metida de pata para la causa del capo que trataba de victimizarse. Ahora aparece como cómplice de la clase política, un delito mayor para algunos medios.

Pero quedan algunas preguntas en el aire: ¿hacia dónde va la estrategia del “Chapo”?, ¿quiere mejores condiciones en la prisión?, ¿está siendo torturado?, ¿ha llegado a un acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos? Como quiera que sea, las declaraciones de esta supuesta hija han golpeado de nuevo al gobierno federal sin ninguna prueba de por medio.

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