El mesianismo israelí amacizado por el populismo

El 23 de septiembre de 2023, 200 mil personas tomaron las calles de las principales ciudades israelís a fin de paralizar la tramitación de la reforma Netanyahu.

27 de septiembre, 2023

Fernando Jeannot

El mesianismo israelí amacizado por el populismo

El mesianismo cree en la llegada de un elegido por Dios para establecer una nueva configuración social que haga aterrizar a la utopía mesiánica. Dijimos israelí porque nos referiremos a los habitantes del Estado de Israel que patrocinan al modelo mental compartido y dominante del mesianismo personalizado en el populismo identitario actualmente gobernante. El populismo corresponde a movimientos políticos basados en la acción social afectiva caracterizados por cuatro elementos distintivos. (1) Idealización del pueblo como una entidad homogénea, bien intencionada y virtuosa. (2) Preferencia por los líderes carismáticos. El carisma individual se considera como un signo de eficacia política. (3) Nacionalismo. Rechazo del multiculturalismo en aras de la exaltación tradicionalista. (4) Política social discriminatoria, la cual y en el caso israelí de hoy en día, reconcentra al ingreso.

Totalmente opuesto al nacionalismo cosmopolita, el identitario es un nuevo nacionalismo tendiente a reformular el modelo mental compartido y dominante suplantando al nacionalismo por el patriotismo como apego visceral al terruño desplegado en tres dimensiones espaciales: (1) regional en tanto que patria entrañable; (2) nacional en tanto que patria histórica; y (3) multinacional en tanto que patria civilizacional.

A partir del 14 de mayo de 1948, los fundadores del Estado de Israel institucionalizaron un doble standard: (1) persiguieron la utopía colectivista con respecto a la población judía empezando por una democracia innovadora y participativa, la cual albergó al sionismo dedicado a crear un hogar nacional judío no solo necesario, sino también legítimo; pero (2) expulsaron a los árabes de sus tierras y desconocieron sus derechos; al mismo tiempo que conquistaron territorios e instauraron una militarización acelerada que absorbe 16% del gasto público y haría henchir de envidia al propio Adolfo Hitler.

Alrededor de noviembre 2022, Nétanyahou incorporó a la coalición gobernante a Itamar Ben Gvir procurador de un populismo violento que reivindica la violencia como un instrumento válido para defender la patria entrañable, el territorio nacional vigente o sujeto de la expansión, y aún Dios mismo mediante su Partido Político cuyas militancias y audiencias electorales han crecido mucho en los últimos tiempos. ¿Se ha configurado un fascismo judío?: todavía no; pero está en ciernes. La reconstrucción del modelo mental compartido y dominante pasa por un nacionalismo excluyente sagrado y divino del cual el sionismo del presente; muy diferente del de 1948; se considera el guardián no solo terrenal, sino también cósmico.

Israel, ¿está en una crisis moral, tal como pretenden algunos comentaristas? No lo creemos así; en cambio, pensamos que está en un proceso evolutivo iniciado hace 75 años y signado por la militarización, la dualización económica que instauró una economía de dos velocidades, el mesianismo y, sobre todo, el nacionalismo identitario que fue subiendo los escalones del poder uno por uno hasta su maridaje actual con el populismo primer mandatario. En vez de la crisis moral enfocada con la óptica hegeliana, nuestra perspectiva mira con la lente de la estructura artefactual desarrollada competitivamente al cabo de esos 75 años; la cual lo habilita para que las intenciones (el mesianismo agresivo de guerra permanente en Oriente Medio), surjan de las capacidades.

¿Intenciones?: por ejemplo, la anexión de las colonias de Cisjordania donde viven 400 mil hebreos. ¿Capacidades? Innovación intensa casi casi a la altura del Silicón Valley con un sector de tecnología de vanguardia que ocupa 10% de la PEA produce el 15% PIB y registra 45% de las exportaciones totales. Otro sector externo que provee 85% del crecimiento. Que el sector de tecnología avanzada jale al de atrasada es, por el momento, una expresión de buenos deseos ya que lo más probable y realista es que se profundizará la dualización que recae sobre el 90% de la economía ubicada fuera del sector de tecnología vanguardista.

En particular, la dualización es manifiesta en 2.6 millones de personas subsistiendo por debajo de la línea de pobreza y correspondiente a 30% de la población nacional (ONG Latet). De esta última, la parte cuya edad está entre 20 y 64 años sigue el paso del poblamiento inclusivo pasando en los últimos 20 años de 6 millones de habitantes a 9 millones, o sea; un incremento del 50%. Esta es mano de obra productora de la riqueza nacional tanto como la israelí por nacimiento. Las finanzas públicas apoyan al mercado con un aflojamiento de la presión fiscal. La deuda pública pasó del 110% del PIB en 1993 a 60% en 2019. El influjo de recursos corrientes se debe a las exportaciones de servicios con tecnología de punta y a las remesas de 7 millones de hebreos repartidos en todo el mundo. Tasa de desempleo = 4%. IED acumulada entre 2007 y 2021 de 110 MM de dólares. Estabilidad monetaria de largo plazo. La inflación se acerca al 0% y el crecimiento de la reserva en el Banco Central consolida a la resiliencia lograda por todo el detalle anterior.

La convergencia (crowding in) del sector público con el privado creó un gran complejo militar/industrial presidido por tres empresas públicas: Israel Military Industries, Israel Aerospace Industries y Rafael Advance Defense Systems. Tal interacción entre el gobierno y el mercado no solo es funcional al estado de guerra permanente, sino que también ha contribuido a desarrollar sectores como la agricultura privatizada, la construcción inmobiliaria, la aeronáutica, la electrónica y otros componentes de la ventaja competitiva nacional. Este capitalismo mixto de Estado y mercado experimenta el tremendo legado de la shoah acaecida en el siglo pasado sobre 11 millones de asesinados. Legado que internalizó en el modelo mental dominante y compartido al derecho israelí a la autodefensa permanente de una amenaza mundial recreada una y mil veces por el odio ancestral hacia los judíos.

Embozado con estos sucesos y al inicio del 2023, el fascismo judío hizo que Benjamín Nétanyahou presentara al parlamento una iniciativa de reforma al poder judicial que anula la separación de poderes, amordaza a la justicia, la somete al Parlamento, otorga la facultad de anular las decisiones del Tribunal Supremo, y hace de las coaliciones gubernamentales los solos árbitros idóneos para la toma de decisiones políticas y/o jurídicas. Tal sombrío golpe de Estado mereció una sublevación popular fotografiada por la prensa internacional pero rechazada abiertamente por el presidente Joe Biden a quien no le asustó inmiscuirse en la política israelí afectada por eventos institucionales tan graves como esta reforma.

El 23 de septiembre de 2023, 200 mil personas tomaron las calles de las principales ciudades israelís a fin de paralizar la tramitación de la reforma de Netanyahu detallada más arriba; al mismo tiempo que 11 mil reservistas anunciaron que abandonarán su servicio militar a causa de la misma. Desde hace 29 semanas, hay 100 mil protestantes en el pavimento de Tel Aviv; 14 mil en Haifa y 10 mil en Netanya.

Nos permitimos parafrasear a un alto dirigente político israelí: la reforma Netanyahu puede destruir a la economía tradicionalmente patrocinada por los EE. UU e iniciar una caminata por el escarpado sendero del nuevo poder multinacional o; por el contrario, dejar de lado su iniciativa de reforma judicial. La primera alternativa es la más probable.

Entrever una luz de esperanza con respecto a los principios humanistas de la fundación israelí en 1948, requiere “de una revolución copernicana de los espíritus que haga de la amistad, pero, sobre todo, del respeto mutuo por parte de los residentes en dos territorios que componen al viejo mandato británico de Palestina” (Stéphane Hessel).