CARTAS A TORA CLXV

Querida Tora: Otra vez tuvimos borlote en la vecindad. ¿La culpa? De muchos; entre ellos el portero, por supuesto, que no puede estarse quieto. Como...

30 de enero, 2020

Querida Tora:

Otra vez tuvimos borlote en la vecindad. ¿La culpa? De muchos; entre ellos el portero, por supuesto, que no puede estarse quieto.

Como ya te imaginas, a los vecinos que no les toca usar los baños de la vecindad en determinado día les da mucha flojera ir a la calle a buscar un baño. El del King´s lo tienen muy cerca, pero “ya les cayó gordo”, en sus propias palabras. Y en esta temporada de frío,  les cuesta más trabajo hacer la expedición dos o tres veces al día, cargando a los niños, a la suegra y hasta al abuelito inválido. Entonces, se las ingenian para usar los baños de la vecindad de contrabando. Y del 37, que es muy atravesado y muy bronco, dijo que el portero no tenía derecho a aplicarle el programa “Un Día Sin Baño” a nadie. Algunos lo apoyaron; pero otros dijeron que había que ser comprensivos y solidarios y colaborar en lo posible con las autoridades. El del 37 dijo que a él las autoridades……. (Imagínate lo que quieres, pero te quedarás corta), y se fue derechito al baño a las diez de la mañana, para que todos lo vieran, en día que no tenía acceso a él.

Los guaruras, que ya habían oído el rumor de lo  que se proponía, le cortaron el paso. El se encab…Perdón, se les puso al brinco; y en cuanto uno se descuidó, le dió un puñetazo. Se armó un zipizape de esos de pronóstico reservado. Pero ganó el número, y lo obligaron a irse corriendo al King’s que, como ya estaban advertidos por el portero, le hicieron  comprar un menú de lujo completo con dos refrescos para permitirle pasar. A la salida se quiso llevar su menú, pero ya se lo había comido un perro Mentira: Fue el portero. Se tuvo que atragantar, pero logró tragarse todo antes de que el otro terminara.

El del 37 se puso furioso, y juró que lo iba a derrotar. Esa noche se reunió con los cuates en la cantina, y armaron un plan. A las 11, antes de que terminara el día prohibido, y con la ayuda de un malacate, uno de ellos se dispuso a bajarlo desde la azotea para que se metiera al baño por el techo. Todo iba bien hasta que el que manejaba el malacate se quedó dormido (Como podrás suponer, estaba incróspido), y el del 37 se quedó colgando, a mucha altura para saltar al suelo y demasiado lejos de la azotea para regresarse. Empezó a gritar a su compinche; pero en voz baja, para que no lo oyera el portero. Pero a esas horas no lo oía ni su mujer que, además, estaba muy contenta de que esa noche se hubiera ido y le hubiera dejado la cama toda para ella. Ahí estuvo como una hora, y la cuerda que lo sujetaba se le iba subiendo poco a poco, y ya casi le llegaba al cuello. Quién sabe qué hubiera pasado, si no acierta a llegar otro de sus compinches que, al verlo allí colgado le preguntó qué le pasaba. El del 37 le gritaba (Todo el tiempo en voz baja, claro) que fuera a ver el malacate; pero el otro no entendía nada, y nomás se reía. Por fin  se dió cuenta de que le señalaba la azotea, y allá va; encuentra al otro dormido y se echa a reir como descosido, pero no se le ocurría atender al del 37. Sus carcajadas despertaron a los que viven en los cuartos de azotea, y entre todos levantaron al del 37, que tuvo que salir corriendo otra vez al King’s, porque con el rato que llevaba colgado y el aire frío, la vejiga ya se le había insubordinado; y otra veza tuvo que pagar un menú de lujo. Pero se lo llevó al baño para que no se lo comiera el perro. Para su mala suerte, al entrar tropezó y todo fue a dar ya te imaginarás dónde. Así que se regresó a su casa con todo su coraje y muriéndose de hambre y echó a su mujer de la cama.

 Al día siguiente, los “compas” no se acordaban de lo ocurrido. Y el del 37 no quiso comentarles nada, por no quedar mal. El único que lo recordaba todo era el portero, que se rió de él y de todos los vecinos durante tres días.

Por lo menos, la cosa no pasó a mayores. Imagínate que el del 37 hubiera ganado. ¿Tu sabes la revolución  que se hubiera armado en la vecindad por el derecho al baño? Así estuvo mejor, ¿no te parece?

Te quiere

Cocatú

 

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