¿TODAVIA HAY EN EL MUNDO AIRE CON 21% DE OXÍGENO?

Autor: Ramses Pech – Grupo Caraiva – León & Pech architect La vida en la tierra ha tenido un cambio radical a partir de las...

14 de julio, 2020

Ramses Pech

Autor: Ramses Pech – Grupo Caraiva – León & Pech architect

La vida en la tierra ha tenido un cambio radical a partir de las alteraciones medioambientales que la especie humana ha emprendido para cubrir sus necesidades actuales. Entre las múltiples alteraciones, destaca el hecho de tener una calidad de aire que, en esencia, no es el ideal para el balance químico natural que es llevado a cabo por medio de la combustión en los pulmones de cada ser vivo por muchos siglos.

Ante la llegada del COVID-19 al mundo se ha evidenciado la importancia de tener un sistema respiratorio sano para poder vivir, que depende de poder tener un suministro continuo de oxígeno limpio que ayude a tener la cantidad necesaria de este vital elemento para el organismo. El objetivo es tener una combustión completa.

Ahora pregúntate si en tu ciudad, locación o región, el aire que respiras contiene el 21% de Oxígeno y 78% Nitrógeno necesarios para respirar bien. Si el porcentaje de oxígeno se modifica, los seres humanos pueden verse severamente afectados y, en casos extremos, puede resultar mortal. Si el porcentaje de oxígeno se reduce más del 21%, ya sea mediante la exclusión o la adición de otros gases, puede producir la reducción de la capacidad física e intelectual del ser humano.

Ante esta nueva condicionante que tenemos del VIRUS y esta nueva realidad, debemos de cuestionar la conveniencia de quemar combustibles para la movilidad de las personas o su utilización para la industria. No creo que sea posible regresar al inicio de la civilización, pero el ser humano podría cambiar y modificar responsablemente sus comodidades actuales con la ayuda de los conocimientos científicos.

En el ser humano, una parte importante para poder tener una actividad física e intelectual dentro de lo normal; debe tener oxígeno en la sangre (saturación de oxígeno) entre el 95% al 100%. Estar por debajo de 90% podría causar la hipoxemia. Entonces, un porcentaje menor de oxígeno en el aire al que es debido, se podría traducir en una concentración de oxígeno insuficiente en la sangre, y en consecuencia, en un deterioro de la calidad de vida.

Hoy el ser humano está compitiendo con su comodidad. Un ejemplo es la utilización de los vehículos para el transporte de las personas, pues al haber una menor cantidad de oxígeno, los combustibles sin aditivos adecuados para poder llegar a una combustión completa, toman más oxígeno del ambiente. Un aire no adecuado produce una mayor cantidad de contaminantes al no respetar la pureza del balance químico de la combustión.

El volumen quemado de gasolina dependerá de la cantidad de oxigeno disponible en el aire para tener una combustión completa y hemos de recordar que a mayor altura (sobre el nivel del mar) menor cantidad de oxígeno (CDMX 13% a 16%). La combustión completa espera tener como producto, en una ecuación general química, “Dióxido de carbono (CO2)” y la incompleta produce “Monóxido de Carbono (CO)”, este último es un gas altamente mortal para los seres vivos y más reactivo para producir otros contaminantes. En las ecuaciones se observa la cantidad de oxigeno necesarios para la combustión:

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Sin una calidad de aire ideal (21% oxigeno mínimo), en la cámara de combustión del motor siempre habrá una reacción incompleta, por muy eficiente y avance tecnológico que tenga el vehículo.

Por lo anterior, la adición de ciertos aditivos oxigenantes (MTBE o Etanol) a los combustibles como la gasolina, son necesarios para proporcionar el oxígeno faltante por el aire y no utilizar una mayor cantidad del elemento necesario para tener una buena saturación en la sangre de los seres vivos que realizan la combustión para producir el oxígeno necesario para vivir. Imagina ahora que en tus pulmones entre un aire no rico en oxígeno y tu combustión sea incompleta, la consecuencia será que tendrás problemas en el sistema respiratorio.

En México debemos dejar de pensar y plantear en función de lo que conviene a un grupo(s) sobre cómo debe quemarse y usar los combustibles. Debemos de partir en una forma pragmática del sentido común científico.

Hemos aprendido a facilitar la vida y a colocar un valor a las cosas para su comercialización, lo que ha propiciado diferencias entre los países, donde solo algunos aprovechan el conocimiento tecnológico para dar una mejor calidad de vida a sus habitantes en pos de un medio ambiente más saludable.

Nosotros en México, ¿por qué no podemos ponernos de acuerdo y dejar a un lado los intereses individuales?

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