Muerte por todos lados

3 de diciembre, 2020

Manuel de Jesús Ruiz Nettel

Palabras triunfalistas, dichos que dejan huella en la gente, y presumiendo un apoyo del 70% del pueblo de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador no deja de ser como todos los hombres del poder en México que se caracterizan por “pecar” de positivos. Pero la realidad, como siempre, les viene a demostrar a los hombres del poder que no hacen lo que deben de hacer de manera contundente, ya que están cuidando sobre todas las cosas su permanencia directa e indirecta en el poder.

Aquí, desde donde les escribo, desde mi independencia crónica, veo con desgracia que la pandemia está cambiando todo. La pandemia está acabando con todo lentamente para que no caiga en pánico la gente. Es una guerra de muy baja intensidad, donde las autoridades no intervienen porque les conviene que la gente simple y llanamente muera para ya no consumir los servicios que los gobiernos de cualquier nivel imparten.

Así en ese México de la 4ª Transformación en el que dice el presidente Andrés Manuel López Obrador que vivimos, vemos con horror desde nuestras salas cómo la muerte crece cada día alrededor de nosotros. En mi caso, en un estado que equivocadamente se califica en semáforo “verde”, vemos también cómo por todos lados los enfermos graves de COVID-19 son gente con la que crecimos, gente que estimamos aunque no la veamos todos los días, nos enteramos de su fallecimiento a través de Facebook.

Los poderosos lo saben, pero callan. Los poderosos como Andrés Manuel López Obrador saben que en Michoacán hay una guerra total, que la gente está sufriendo pandemia del COVID-19 y la violencia de la guerra entre grupos de narco-guerrilleros en lugares que desde hace varios sexenios ya no son parte de México, sino que son partes del territorio del narco, ese otro poder que gobierna en México a la par de Andrés Manuel López Obrador. Los jefes narcos tienen comunicación con el actual gobierno federal, así como lo tuvieron con los otros gobiernos federales, estatales y locales que han existido en nuestro país, tal y como en varias partes del mundo el poder delincuencial vive inexplicablemente.

Sí, así es, no se puede explicar tanta desfachatez de un poder narco, de ir a la guerra total en una zona de Michoacán, sin la probación de la autoridad; ¿cuál autoridad? Ustedes dirán, porque si el gobierno de cualquier nivel estuviera luchando contra el narco y los poderes delincuenciales, con el Ejército Mexicano, la Marina Nacional y cuerpos policiacos, habría más orden en Michoacán. ¡Pero no! El gobierno está dejando que en esas guerras mueran los que tengan que morir, para poder tener un solo locutor cuando quiera verdaderamente negociar y calmar al país.

La muerte está por todos lados. Es el “Anillo al dedo” al que se refería el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque si la muerte no fuera la moneda de cambio de la 4ª Transformación, el golpe de mano para poner orden en Michoacán sería contundente y acabaría con los rijosos con “todo el poder del Estado” que solamente el Ejército y la Marina pueden ejercer. La Guerra de Michoacán esta poniendo de relieve el liderazgo del Mencho (Nemesio Oseguera Cervantes) y la guerra que se está librando en Caborca, Sonora, está afianzando el poder de Rafael Caro Quintero, de los cuales se comenta en redes será los nuevos jefes del narco en nuestro país.

Así la muerte está por todos lados, a la muerte la están dejando ser, desde los feminicidios, los fratricidios, los matricidios y el parricidio en cualquier forma, junto con los asesinatos pasionales están subiendo inexplicablemente, porque la pandemia de COVID-19 vino a ponerle un muy bajo precio a la vida. Hoy les pido que lo vean, no volteen la cara. ¡Mírenla! La muerte se pasea frente a ti, esperando a que te sumes a los 108 000 y pico de muertos por COVID o a los otros miles de muertos por la violencia de las guerras que se pelean en nuestro país.

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