¿A dónde Irán?

Hace algunos meses, Estados Unidos expulsó a 750 diplomáticos rusos y se apoderó de dos inmuebles… Hace algunos meses, Estados Unidos expulsó a 750 diplomáticos rusos y se apoderó de dos inmuebles, uno en el estado de...

9 de agosto, 2017

RHT

Hace algunos meses, Estados Unidos expulsó a 750 diplomáticos rusos y se apoderó de dos inmuebles…

Hace algunos meses, Estados Unidos expulsó a 750 diplomáticos rusos y se apoderó de dos inmuebles, uno en el estado de Nueva York y otro en Maryland, pertenecientes a la misión diplomática rusa.

No ha sido sino hasta bien entrado el 2017, que Rusia ha aplicado una medida exactamente igual, expulsando a 750 estadounidenses, y confiscando dos inmuebles pertenecientes a Estados Unidos.

Olvidando el mexicanísimo y sabio dicho de que “el que se lleva se aguanta”, los gringos pusieron el grito en el cielo, despotricando contra Vladimir Vladimirovich por atreverse a responderle así a Estados Unidos; la cuna de la democracia moderna y país líder del mundo libre.

Cabe recordar que en su momento, Vladimir Putin ofreció que Rusia se adhiriera a la OTAN, puesto que al desaparecer la Union Soviética, la amenaza comunista que dio origen a la alianza atlántica, hacía innecesario ver a Rusia como un enemigo potencial.

No solamente no fue admitida Rusia en la coalición permanente de europeos y gringos, sino que además de rechazarla ofensivamente, la han intentado acorralar, afiliando en la OTAN a Lituania, Letonia, Estonia, Montenegro, Ucrania, Polonia y cuanto país vecino de Rusia, quiera unirse al “club de admiradores” de Putin y Medvedev.

De un tiempo a la fecha, Estados Unidos ha comenzado a calentar el ambiente, afirmando que tiene pruebas adquiridas mediante inteligencia (espionaje) totalmente creíble como la presentada por Colin Powell en la ONU, que demuestran que, la república islámica de Irán, tiene armas de destrucción más IVA, y que las acumula en sitios tan, pero tan clandestinos, que como ocurrido con Saddam Hussein, nadie pudo encontrarlas.

Con esta campaña contra Irán, Estados Unidos provoca directamente a Rusia; a Rusia que con Putin o sin Putin, no se puede quedar mansamente callada sin mover un dedo, a la hora que los americanos comiencen a bombardear a la antigua Persia.

Han habido voces sensatas y autorizadas que advierten contra la aventura militar estadounidense en Irán; pero tambien hay chiflados como John McCain, que debería estar indistintamente en un asilo, en un museo o en el manicomio, pero no en el Senado de Estados Unidos, atizando más guerras; como si no hubiera tenido suficiente con la de Viet Nam en la que fue revestido de un aura de “héroe” prefabricada para garantizarle una larga carrera política a la sombra de su papi, el almirante de su mismo nombre.

Dennis Kucinich por su parte, es un experto en temas internacionales que ha elevado su voz de alerta, advirtiendo sobre las consecuencias inevitables de atacar a Irán.

Aparte de que Rusia no se puede dar el lujo de que le repitan un episodio peor que el de los misiles de Nikita Kruschev en Cuba, en 1961, los iraníes tienen, como decimos en mi barrio: “con qué querer”.

Benjamín Netanyahu cree que a Irán se le puede atacar y ganarle una guerra en 6 horas, tan fácilmente o más que la Guerra de los Seis Días de 1967.

Esta semana se han cumplido 72 años del doble holocausto atómico de Hiroshima y Nagasaki; indiscutible crimen de lesa humanidad, realizado por Harry Salomón Truman para experimentar los horrores nucleares en aquella “raza inferior y remota”, como consideraban entonces a los japoneses en los Estados Unidos.

La leccioncita no les sirvió mucho a los halcones gringos, que olvidan que los pueblos pobres pueden defenderse aunque sea con piedras y palos, y que las piedras y los palos tambien matan.

Los gringos le apuestan a que Putin meta el rabo entre las patas y se quede como el chinito, milando; ¿pero y si no?

Acordémonos que Jalisco nunca pierde, y cuando pierde, arrebata; Rusia no va a permitir que los americanos hagan cera y pabilo con los ayatolas, porque como bien dice otro mexicanísimo dicho: “cuando las barbas de tu vecino veas cortar; pon las tuyas a remojar”.

Putin no se va a quedar sentado esperando a que la OTAN le haga lo que a Gadafi.

De manera que, los iraníes con piedras y palos (ni tan rudimentarios); y los rusos con sus cohetones multicolores (ni tan obsoletos), pueden festejar el 72 aniversario de Hiroshima y Nagasaki convirtiendo al Medio Oriente en un auténtico horno crematorio.

Los detonadores están activados en Ucrania, Siria y ahora en Irán.

Los halcones del Capitolio y el Pentágono, han olvidado que entre la caída del Muro de Berlín y la actualidad, han transcurrido veintiocho años; tiempo durante el cual, Rusia ha recuperado y modernizado su gran capacidad militar; tiempo durante el cual, Vladimir Putin se ha consolidado como un líder cuya popularidad envidian los más connotados estadistas europeos; ya no digamos el Trumpas que anda arrastrando las cobijas con un 33% de popularidad.

Y conste que de todas sus locuras, el hombre de la peluca sin canas había dicho lo único sensato que se le ha ocurrido desde que llegó a la Casa Blanca; ¡buscó un acercamiento amigable con Rusia!

Pero sus opositores en Estados Unidos, creen que pueden bailar sobre Rusia un zapateado, como el de la canción titulada “La Culebra de Tonalá”.

“Te piso culebra no me haces ná /

Te muerdo culebra no me haces ná/

Te pico culebra no me haces ná/

Culebra de Tonalá”

Nada más que Vladimir Vladimirovich no es la culebra de Tonalá, ni mucho menos.

(Pero mientras leen estas líneas, no se me pongan tristes; de algo nos tenemos que morir, ¿qué no?)

Suponer que Rusia hoy, es un depósito de chatarra con armas obsoletas e inofensivas; que la marina rusa naufragó entera cuando el submarino Kursk se hundió en el mar de Barents para no volver a navegar; y que los rusos no van a reaccionar ante un ataque de Estados Unidos a Irán, (aliado y amigo de Rusia), es una apuesta más propia de la Ruleta Rusa que de política internacional sensata.

Por su lado, Irán no es el feudo de Saddam Hussein, sino una auténtica república constituida por una sociedad culta, con industria, recursos naturales, gobierno eficiente, fuerzas armadas con alta moral y bien disciplinadas; un país dispuesto a defender su soberanía y su dignidad nacional sin titubeos.

Paradójicamente, atacar a Irán por capricho, daría lugar de inmediato, a que Israel sea el primero en sufrir las represalias por las acciones de Estados Unidos, cuando supuestamente los halcones del Pentágono y el Capitolio, quieren proteger al estado judío.

Los judíos humanitarios y sensatos, que no son clones de Bibi Netanyahu, bien podrían decirle a los gringos: “no me ayudes, compadre”.

Los servicios de inteligencia de Estados Unidos, vieron armas de destrucción más IVA donde no las había en Irak; pero peor aún; ahora no ven que Irán, sin necesidad de tener armas nucleares, tiene suficientes elementos para causarle gravísimos daños al pueblo judío, y a los palestinos que viven inseparablemente unidos con los israelíes; o sea que los que no pueden convivir en vida pacíficamente, van a quedar abrasados (con “s” de abrasar con fuego) en la muerte, para beneficio de la industria militar que es mucho peor que la del narcotráfico.

Y AHORA, QUE HAGA SU ENTRADA EL MARIACHI “LOS TIGRES DE EL OCOTITO”, y se arranquen interpretando la hermosa canción que los mexicanos entonamos para despedir a los amigos que se van, ya sea de viaje o al otro mundo; esta vez las dedicamos a israelíes y palestinos que ni son distantes y sí son vecinos, vecinos que pueden compartir la suerte de las famosas golondrinas…

Y, ¿a dónde Irán…?

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